La sudoración en la adolescencia y pre-adolescencia. Durante esta etapa, podemos observar un aumento de la sudoración y comenzamos a advertir olor corporal. Este olor no se debe directamente al sudor sino a la flora bacteriana. Y existen muchas formas de abordarlo. Os lo cuento todo en la entrevista, que reproduzco abajo, realizada por la estupenda periodista Mamen Infante para Telva.
Adolescentes: Plántale cara al olor corporal
Puede que no haya en esta vida experiencia vital peor-oliente que entrar en la habitación de un adolescente cuando aún no ha ventilado. ¿Qué les pasa? Aunque se duchen a diario, parece no ser suficiente.
La Dra. García Millán, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén, aclara el porqué: "Se producen cambios hormonales que activan las glándulas sudoríparas apocrinas, concentradas sobre todo en axilas, aureolas y zona externa genital. Los cambios hormonales ocasionan alteraciones en el pH cutáneo, de forma que aumenta la flora bacteriana, responsable de fermentar el sudor y, por tanto, del mal olor".
Si le hacen falta dos duchas, una por la mañana y otra por la noche, que se las dé. Eso sí, con un gel sin detergentes y poniéndose crema hidratante al salir. Por cierto, ¿los adolescentes pueden usar desodorantes de adulto? "No solemos recomendar los que contienen aluminio por su capacidad irritante. También algunos perfumes o sprays pueden irritar la piel. En el mercado existen opciones sin perfumes y sin aluminio, siendo el roll-on o la crema/gel los más recomendables", aclara García-Millán.
¿Qué crema le compro?
Mientras que son bebés, eres tú quien los lavas a diario y pones cremas amorosamente en todas sus rechoncheces. Pero, a medida que se van haciendo independientes, el nivel de exigencia en cuanto a hidratación se reduce (no te engañes) y, a la llegada de la adolescencia, tenemos a nuestros niños sin tener ni la menor idea de lavarse e hidratarse más allá del jabón de la ducha y, con suerte, el filtro solar de verano.
Conviene saber que existen básicos para cuidar el cutis a esa edad y es bueno que ellos mismos los conozcan. Si no tienen problemas de acné o eccema que requieran tratamiento específico y te estás preguntado cuál debe ser la primera rutina de belleza, basta una pista: más temprano de lo que crees. "A partir de los once años es un buen momento para comenzar a inculcar en los niños la importancia de la higiene facial", sostiene Paola Gugliotta, directora de Laboratorios Sepai y máster en dermocosmética. Y lo argumenta así: "El cambio hormonal comienza a los ocho años y, con él, muta el comportamiento de las glándulas sebáceas. Una higiene suave, sin sulfatos ni agentes agresivos, con PH neutro, es la ideal para este tipo de pieles. A partir de los trece años podemos incluir una crema o loción hidratante, adecuada a la piel de cada niño, pues a partir de esta edad ya se puede evidenciar si tendrá una piel con tendencia grasa". Una buena receta para el cuidado facial a esta edad es: cuantos menos ingredientes mejor, lo ideal es que éstos sean seguros, suaves y que sólo sirvan para hidratar y proteger la barrera lipídica.