Pasada la época estival aumentan las consultas relacionadas con la aparición o reactivación del melasma. Las conocemos popularmente como “manchas hormonales” o “paño”. Pero en realidad el melasma es mucho más que una mancha producida por el influjo hormonal. Es cierto que los anticonceptivos orales y el embarazo son dos condiciones que predisponen a su aparición pero los expertos coinciden en que las hormonas son sólo un desencadenante de estas manchas tan frecuentes y tan recurrentes.
El origen del melasma es genético (antecedentes familiares, color de piel y ojos…) ambiental (cosméticos y exposición solar) y hormonal (exposición a estrógenos). En realidad, son todos estos factores juntos los que lo originan. Por este motivo es más frecuente en mujeres, pero no exclusivo de ellas. También los hombres pueden padecer melasma, por ejemplo aquellos con piel morena que se expongan a ciertos cosméticos. La localización predilecta de estas manchas es la frente, labio superior y pómulos, pero también tenemos casos de melasma en cuello, escote y brazos.
El número de consultas acerca del melasma y cómo eliminarlo es muy frecuente y aumenta mucho en estas fechas. Aunque no maligniza y su importancia es exclusivamente estética, es cierto que existe un componente psicológico negativo en algunos pacientes que lo padecen, por lo que debemos siempre prestar atención a este punto y ofrecer un tratamiento integral y sobre todo personalizado en cada caso.
El melasma sigue siendo el caballo de batalla de los dermatólogos y hoy por hoy no disponemos de un tratamiento que lo elimine para siempre. Pero esto no debe desanimar ni a dermatólogos ni a pacientes. En mi opinión debemos tratarlo, sobre todo en cuanto detectamos su aparición. Mi experiencia es que la respuesta es mucho mejor en aquellos casos que se tratan de forma precoz, cuando comienza.
Hoy por hoy nos apoyamos en productos despigmentantes de aplicación tópica, retinoides, peelings suaves y láser. Existen publicaciones acerca de la eficacia de algunos medicamentos vía oral o en mesoterapia, que van cobrando importancia pero la realidad es que la experiencia aún es limitada y son necesarios más estudios.
Tratamientos para el melasma
Aunque no tenemos un solo tratamiento para el melasma que lo elimine por completo y para siempre, podemos mejorarlo de forma considerable en bastantes pacientes y después “mantenerlo a raya”. El éxito del tratamiento reside en tres puntos fundamentales:
No todos los pacientes se beneficiarán del mismo tratamiento, por lo que tenemos que individualizar y personalizar cada uno de las prescripciones e intervenciones que realicemos. Lo que en una paciente puede ser muy exitoso podría empeorar a otra.
La combinación de técnicas es el mejor de los tratamientos. Debemos atacar las manchas por varias frentes y siempre va a ser mejor combinar la aplicación domiciliaria de productos tópicos con diferentes ingredientes junto a peelings suaves y el empleo de fuentes de luz láser. En este último aspecto me gustaría incidir en que aunque existe cierta publicidad negativa acerca del empleo del láser en melasma porque podría empeorarlo (y esto es cierto si no se emplea adecuadamente) lo cierto es que en manos expertas el empleo de láser puede resultar muy beneficioso. De hecho, la Academia Americana de Dermatología recomienda diversas fuentes de luz para el tratamiento combinado del melasma, entre ellas el láser de Pico segundos (Picosure®) y ya se han publicado algunos artículos en revistas de reconocido prestigio.
No debemos tener prisa. En ocasiones el paciente demanda un tratamiento rápido y eficaz y en muchos casos podemos ofrecérselo pero para el melasma desafortunadamente no. Debemos concienciar a las pacientes de que el tratamiento va a precisar de varios meses y varias visitas para poder observar buenos resultados.