Desde el año pasado sabíamos que la Unión Europea preparaba regulación adicional en relación con la concentración de diversas sustancias en productos cosméticos. A principios de este mes de abril, la Comisión Europea estableció el nuevo Reglamento (CE) 2024/996, que modifica el Reglamento (CE) nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre productos cosméticos. Esta noticia se ha mencionado en numerosos medios de comunicación y me habéis preguntado también sobre ello y sobre su repercusión, en particular, en relación con el retinol.
Retinol, ingrediente clave para el cuidado de la piel
El retinol es un principio activo que se lleva empleando más de 30 años en cosmética. Las primeras cremas con retinol se emplearon para el acné y tras comprobarse sus efectos en la mejora de la textura de la piel, se comenzó a emplear en cremas para tratamiento de manchas y arrugas. El retinol es un principio activo avalado por numerosos estudios clínicos siendo un ingrediente muy versátil y clave para el cuidado de la piel, reconocido por sus numerosos beneficios y su capacidad para transformar la apariencia y salud de la misma. Los dermatólogos lo consideramos el principal "transformador" cutáneo. Como derivado de la vitamina A, el retinol actúa como un agente de renovación celular, promoviendo la exfoliación suave de la piel y estimulando la producción de nuevas células. Este proceso de renovación celular ayuda a reducir la apariencia de arrugas, líneas finas y manchas oscuras, proporcionando una piel más suave y firme.
El retinol regula la producción de colágeno y elastina, proteínas fundamentales para la estructura y elasticidad cutánea. Además, el retinol ayuda a regular la actividad de las glándulas sebáceas, mejorando la apariencia y funcionalidad de la piel acneica. Su capacidad antioxidante contribuye a disminuir la inflamación con su empleo regular, por lo que es un ingrediente de especial interés en distintas afecciones dermatológicas.
Los dermatólogos también usamos derivados del retinol
A veces me preguntáis en consulta las diferencias entre retinol (ingrediente cosmético) y ácido retinoico (fármaco que requiere receta médica). Ambos son retinoides, una familia de moléculas que ejercen su acción reguladora dentro de las células de la piel. El retinol se convierte en ácido retinoico una vez que se aplica sobre la piel y se metaboliza dentro de las células epidérmicas. Esta conversión es menos eficiente en comparación con la utilización directa de ácido retinoico puro. Sin embargo, al ser un proceso gradual, el retinol resulta menos irritante y es mejor tolerado por la piel en general.
El ácido retinoico es un medicamento y generalmente se prescribe para tratar afecciones dermatológicas como el acné grave, hiperpigmentaciones y fotoenvejecimiento. No es una regla exacta pero nos sirve como guía la norma de que el ácido retinoico es unas 10 veces más potente que el retinol, por tanto, un retinol al 1% equivaldría a un ácido retinoico al 0,1%.
La nueva regulación de la UE limita el uso de retinol en productos cosméticos
La normativa específica sobre el retinol y otros ingredientes cosméticos en la Unión Europea se establece en el Reglamento (CE) nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, y es el marco legislativo principal para la regulación de productos cosméticos en la UE. Según las modificaciones recogidas en el nuevo Reglamento (CE) 2024/996 de la Comisión, se limita la concentración de retinol, siendo la máxima permitida del 0,05% para lociones corporales y 0,3% en otros productos cosméticos (con o sin aclarado).
La fijación de estas limitaciones busca garantizar la seguridad en el empleo sin supervisión médica de estos productos. Concentraciones más altas de retinol pueden aumentar el riesgo de irritación y sensibilidad en la piel, especialmente en personas con piel sensible o condiciones dermatológicas preexistentes, si no se emplean de forma adecuada. Fijando esta limitación, la UE garantiza la seguridad de los consumidores, mientras aprovechamos los beneficios del retinol.
El retinol es aún mejor cuando está supervisado por un dermatólogo
Muchas veces me preguntáis en la consulta por qué a los dermatólogos nos gustan tanto los retinoides. La respuesta es sencilla: todos los retinoides, incluyendo el retinol, el retinaldehído, el ácido retinoico (tretinoína) y otros derivados de la vitamina A, han sido objeto de numerosos estudios clínicos que demuestran su eficacia en el tratamiento del envejecimiento cutáneo y otras afecciones de la piel. Estos estudios han proporcionado evidencia sólida de los beneficios de los retinoides para mejorar la apariencia de la piel y tratar un sinfín de condiciones dermatológicas.
Aunque la regulación fija limitaciones a la concentración de retinol en productos cosméticos, los dermatólogos empleamos con seguridad concentraciones más altas, lo que nos permite lograr excelentes resultados en cuanto a mejora de tono, textura, manchas, acné, etc. Una vez más, me gustaría incidir en que la supervisión del dermatólogo como especialista es fundamental para conseguir un buen resultado con el empleo seguro de retinol.
En conclusión, el retinol y sus derivados son ingredientes cosméticos altamente eficaces y versátiles, reconocidos por sus numerosos beneficios para la piel. Aunque la regulación en la Unión Europea limita su concentración en productos cosméticos, sigue siendo un componente clave en el cuidado de la piel. La supervisión dermatológica es fundamental para garantizar un uso seguro y efectivo de los productos con retinol, aprovechando al máximo sus beneficios sin comprometer la salud cutánea.