Hace pocos días pudimos conversar con Nueva Estética sobre los retinoides, su utilización y sus efectos. Comparto a continuación el artículo de Nueva Estética.
La trayectoria del retinol en belleza está tomando cada vez mayor transcendencia y no es para menos porque está demostrado que es una sustancia de juventud sin precedentes. Esta archiconocida vitamina y su derivados son, a día de hoy, más que trending topic, y es que el retinol se está imponiendo con fuerza en los tratamientos antiedad por excelencia. Pero no solo eso, este super activo ha resultado ser efectivo en otras alteraciones cutáneas, como por ejemplo las pieles acnéicas, debido a sus grandes propiedades para regenerar la piel.
Los retinoides inciden en la proliferación y diferenciación celular y tienen un efecto antiinflamatorio. Estas acciones se cumplen a través de mecanismos complejos que implican varias vías metabólicas y se alcanzan a través de receptores presentes en el núcleo de la célula. Estos receptores son de dos tipos RARE (alfa, beta y gamma) y RXR (alfa, beta y gamma), cuyos ligados naturales son el retinol y el ácido retinoico, así nos lo explica la Dra. Cristina García Millán, dermatóloga en la Clínica Grupo pedro jaén y colaboradora del laboratorio Cantabria Labs. Además, apunta, “Podríamos definir los retinoides como la llave que abre la puerta de estos receptores, para, a partir de ahí, modificar la expresión de determinados genes, Este mecanismo es lo que le confiere su alto poder biológico y eficacia contrastadas, a través de numerosas reacciones positivas en la piel. En la dermis, el uso tópico de los retinoides provoca el adelgazamiento y compactación de la capa córnea, lo que se traduce en una mejora visible de la textura cutánea u en su homogenización. En la dermis, los derivados de la vitamina A estimulan la formación de nuevo colágeno y disminuyen la degradación del ya existente”.
Por su parte, la Dra. Natividad Cano, dermatóloga y Directora del Instituto Natividad Cano, nos revela que el retinol, además de ser un activo antiedad por excelencia, ha demostrado su eficacia contra otras alteraciones cutáneas como la rosácea. En los cuadros de rosácea la función barrera se ve alterada, por eso este tipo de pieles toleran mal la aplicación de cosméticos. Una de las acciones fundamentales del retinol es que restablece la barrera protectora de la piel. Asimismo, también se aconseja en cuadros de acné. Esta alteración tan frecuente, de carácter fisiológico en la adolescencia y patológico en la edad adulta, cursa con la aparición de lesiones en forma de granos que desencadenan un proceso de inflamación secundario, responsable de la aparición de cicatrices. El retinol es le activo más eficaz para tratar esas marcas, dada su extraordinaria efectividad para regenerar la piel, unificar su aspecto y alisar su textura. Finalmente, el retinol también se aconseja en caso de melasma, porque acelera el proceso de recambio de los queratinocitos presentes en la epidermis, y, con ello, favorece la despigmentación necesaria para aclarar las manchas, como es el caso del melasma.